"Para mí Messi es el papá de Dios, prácticamente. No es Dios, es el papá. Siento debilidad", comenzó manifestando Pipo Gorosito. En esa misma línea, el entrenador agregó: "Me regaló una camiseta y se me cayeron las lágrimas. Yo nunca sentí nada por nadie, absolutamente por nadie".
Hace un tiempo, Pipo ya había confesado el cambio de mentalidad que le hizo Messi por mandarle esa camiseta: "Recién ahora, con 56 años, me di cuenta del valor de cuando uno le firma a alguien porque hasta se me cayeron las lágrimas cuando me dieron la camiseta".
Lo cierto es que Pipo lo puso en lo más alto y no es la primera vez que lo manifiesta. Por lo pronto, Messi se prepara para su debut en Champions League con el Paris Saint Germain ante el Brujas en Bélgica. El argentino viene de ser la figura de la triple fecha de Eliminatoria, con la particularidad de que el partido contra Brasil no se jugó.